El agua mineral ofrecida proviene de una perforación ubicada en Cápiz Alto, San Carlos, en el borde oriental de la cuenca Zona Centro de Mendoza. Esta agua es extraída del acuífero confinado Surgente II, reconocido por su estabilidad hidrogeológica y química. Los análisis realizados confirman que su composición cumple con los estándares del Código Alimentario Argentino, siendo un agua cálcica sulfatada bicarbonatada sódica, de mineralización débil, atermal y no gasificada. Las pruebas bacteriológicas no detectaron presencia de microorganismos dañinos, y tampoco se hallaron contaminantes como hidrocarburos o residuos de pesticidas, gracias a las características naturales del acuífero que lo protegen de fuentes externas. La estabilidad en la composición química, temperatura y caudales a lo largo del tiempo asegura un equilibrio óptimo del agua dentro del acuífero, lo que evidencia su calidad constante. Por ello, el agua captada cumple con todos los requisitos para ser considerada mineral natural de manantial, apta para el consumo según la normativa vigente.